Vaya por delante que quién esto
suscribe este es firme partidario de una respuesta contundente en caso de
hambre, crisis sanitarias, supresión de derechos civiles, discriminación frente
a los poderes establecidos. Así mismo que sólo me siento Aragonés, pero porque
los paisajes, escenarios y olores que pueblan mi memoria se encuentran
radicados en Zaragoza y Huesca. Y conforme pasan los años más apátrida me siento de
cualquier bandera que justifique sentirse superior a los demás por el mero hecho
de haber nacido accidentalmente en un punto geográfico u otro. Máxime cuando el
tiempo, amablemente, me ha enseñado que la conexión con otras personas depende en
exclusiva de los intereses, conocimientos y principios (bondad incluida) de los
mismos y nada con la nacionalidad que ostentan.
Así que cuando leo el periódico,
veo las noticias en la televisión no me cabe más que sentir cierta incredulidad
entremezclada con una sensación de desasosiego y desprecio hacia la situación
que se vive en Cataluña y a los personajillos de opereta bufa que han
contribuido a llegar a este punto. Sobre todo, cuando lo que veo es que una
parte de la sociedad intenta imponerse a otra parte de la misma y se argumenta
una falta de derechos civiles y falta de democracia (debe ser que lo que lo
afirman han vivido en países más avanzados en ese sentido tipo países árabes,
Coreas o países del frío eslavo). Y una parte minoritaria pero significativa se
arroga el derecho de imponer su “ley” en las calles impidiendo desarrollar su
vida cotidiana a los demás (tampoco deben saber que los derechos de unos
terminan cuando se vulneran los derechos de los demás). Y todo esto en medio de
crisis reales de verdad como puede ser la crisis medioambiental, el aumento de
la desigualdad económica, tensiones internacionales, crisis de refugiados,
guerras, etc.
Así que llegados a este punto de
estulticia generalizada la cuestión debería ser: ¿Qué solución o soluciones
hay? O bien directamente que esto es un sindiós sin solución…
Y mi respuesta en este punto es
clara, aunque para ello lo primero que haría falta es unos dirigentes políticos
responsables y no partidistas (con un único fin: mejorar las opciones
electorales) ni “desustanciados” que viven en países imaginarios (para los
demás y para la Historia) que fueran capaces de ejercitar el arte de lo
imposible, es decir POLÍTICA en mayúsculas y basado en el DIÁLOGO. La Historia
también nos ha enseñado que los grandes avances en la sociedad provienen de
tres fuentes
- Conflictos (guerras): este equivale al reseteo para volver a empezar todo (el mejor ejemplo después de la segunda guerra mundial el establecimiento de un nuevo orden mundial y la creación del estado del bienestar en Europa)
- Capacidad de diálogo y llegar a acuerdos entre grupos con intereses enfrentados
- Avances tecnológicos (ejemplo revolución industria)
Y para esta pregunta yo tengo mi
propia respuesta
1. Diálogo entre las partes para
plantear una votación de referéndum. Pero dicha votación de referéndum debe
contener unas salvaguardas adicionales puesto que se trata de una decisión de
gran transcendencia que afecta gravemente a millones de personas. Las salvaguardas
deberían ser las siguientes
- Nivel de participación: Mínimo un 75%
- Votos necesarios para una secesión: más de un 60-65% de voto positivo. Tratándose de una decisión de tal relevancia no puede admitirse que un 51% de los votos (si ese fuera el caso) condicione al 49% restante. Y un buen ejemplo lo podemos ver en el caos del brexit con un resultado ajustado que está haciendo imposible poner de acuerdo a los diferentes grupos políticos n la pérfida Albión.
- Dicha votación es vinculante al menos durante 30 años: Sería surrealista (con la inestabilidad que conllevaría) estar votando cada 5 años lo mismo
2. Una vez realizada dicha
votación tendríamos dos escenarios
2.1 Se apruebe
la secesión. Habría que marcar los pasos y las pautas, establecer las
condiciones económicas (balance entre lo aportado y recibido por parte de
Cataluña al Estado y CEE y viceversa, en este punto sería realmente curiosos
ver cómo muchos de los que dicen que se roba se iban a quedar con cara de
sorpresa…) y el cronograma para que dicha separación fuera lo menos lesiva para
las partes
2.2 El voto es
negativo hacia la secesión: Aquí entonces habría que plantear una modificación
del sistema autonomista que se pactó en la constitución. Alcanzar un estado federal
de verdad con los mismo derechos y obligaciones para todos (aquí en Aragón nos
entra la risa floja cuando nos hablan de derechos forales y similares) y en el
que se reconociera la diversidad del Estado Español con especial atendencia a
los símbolos, lenguas y elementos identitarios de cada autonomía/estado
federal.
En cualquiera de los casos y una
vez desarrollados dichos puntos también tengo claro que además de diálogo habría
que implantar mano dura para aquellos que siguieran empeñados en alterar la
vida pública e intentar imponer sus ideas a los demás de forma coercitiva.
También me gustaría reseñar que
los mejores ejemplos de progreso y avance se han producido en el marco de
grandes acuerdos (sirva de ejemplo la UE, con el “pero” de la implantación del
euro y el empobrecimiento de los salarios vía inflación en la conversión…) y
que para hacer una sociedad mejor es necesario la colaboración de todos. Tal y
como dijo Kennedy: “preguntad, no qué
puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por
vuestro país” aunque yo cambiaría la palabra país por el mundo
P.D.: y para todos aquellos que
se envuelven en su bandera (sea con las franjas que sean) recordar a unos y a otros
que hace poco más de 500 años no existía lo que conocemos y asimilamos como
España ni tampoco existieron jamás los Países Catalanes (pero sí una corona de
Aragón) y que dentro de otros 500 años a saber que queda de este pobre mundo
castigado…